lunes, 10 de febrero de 2014

Velázquez, el verdadero maestro del Prado

Imagen de la web del Museo Nacional del Prado
Uno de los grandes maestros del Museo Nacional del Prado es, sin ninguna duda, Diego de Silva Velázquez, por ello el museo ha decidido dedicarle una magnífica exposición.

No es una exposición genérica de Velázquez, sino que está centrada en un momento preciso del pintor, su relación con la corte madrileña y en especial con la familia de Felipe IV como retratista real.

Está centrada en los personajes expuestos en esta rama del árbol genealógico de Felipe IV.
Árbol genealógico seccionado de la página web del Museo Nacional del Prado





La muestra, con un total de 29 obras está situada en el edificio de los Jerónimos.
Aunque reducida, la exposición es muy gráfica de los últimos 11 años de Velázquez como retratista cortesano.

La exposición te recibe con las letras de frente y a mano izquierda breves biografías de los personajes expuestos y una cronología de los hechos.

La exposición está dividida en seis secciones:

Comienza con la sección De Roma a Madrid en la que encontramos cuatro obras de Velázquez que realizó en 1650 durante su segunda estancia italiana en la corte papal de Roma.
En esta sección podemos destacar la obra Ferdinando Brandani, un banquero italiano de origen portugués con el que entabló conexión mediante su relación con Juan de Córdoba.
Estas cuatro obras realizadas en Roma están compañadas de dos retratos de Felipe IV (1654/1656), entre los que vemos una similitud compositiva y cromática, evocan bustos romanos.

Segunda sección: Las dos primas
1653
Felipe IV contrajo nupcias con Isabel de Borbón en 1615 con la que tuvo quince hijos de los cuales solo dos llegaron a edad adulta, una de ellos es la infanta Maria Teresa, una de las protagonistas de esta sección.
1652
Tras la muerte de Isabel en 1644 Felipe IV se casa, por segunda vez, en 1647 con su sobrina Mariana de Austria, hija de su hermana Maria Ana. La joven que solo tenía 13 años era 29 años menor que el monarca.
Mariana de Austria e la Infanta Maria Teresa eran por parentesco familiar primas antes de ser madrastra e hijastra.

Con estos retratos de las primas comienza su trabajo cortesano en Madrid. Las modelos femeninas producen un cambio en su temática anterior. El cambio no es solo lo retratado sino el cómo lo retrata y ornamenta, su pincelada suelta destaca en los ropajes. Las calidades táctiles de los textiles se deján notar en cortinas, pañuelos y adornos. Además observamos un gran cambio en su gama cromática con unos fondos localizados y no como los de la sección anterior.

Tercera sección: la infanta Margarita
Con la Infanta Margarita, a quien retrata por primera vez a los tres años, podemos hacer un recorrido vital de la joven hasta los quince años. No hay que olvidar que es el personaje central de La Familia de Felipe IV (Las Meninas).

El primer retrato de la Infanta a los tres años de edad y un retrato del yerno de Velázquez, Juan Bautista Martínez del Mazo, a los 14 años de la joven.
Infanta Margarita, Velázquez 1654
Martínez del Mazo en 1665
























En esta sección hay que destacar también una de las joyas de la exposición Felipe el próspero, obra realizada por Velázquez en 1659. Esta obra se ha traído del museo de Historia del arte de Viena.
Tal y como hemos destacado en sus comienzos en la corte con los retratos femeninos, también destacan los retratos infantiles, con una gama cromática amplia.
En esta obra podemos destacar las calidades táctiles y textiles de la alfombra, el tapizado de la silla, el cojín con flecos sobre el que reposa el gorro del niño ,y por supuesto los ropajes del pequeño.
El pequeño príncipe de dos años estaba acusado de una salud muy delicada, como podemos observar en los amuletos que porta y su tez blanquecina, lo que también podemos observar en el color de sus manos.
El perro es un gran elemento de conexión con el observador, la mirada del niño nos llama la atención pero el que verdaderamente nos introduce en la obra es el can. Seccionando la obra es uno de los mejores detalles de las obras de Velázquez.
Un retrato muy importante para Felipe IV ya que era el hijo deseado, el próspero, tercer descendiente de la pareja y primer varón, falleció a los cuatro años. 
La pareja tuvo un segundo varón que falleció a los pocos meses de nacer, y un tercero y esperado que llegó a reinar, Carlos II.

Cuarta "sección": Las Meninas
En realidad la destacan en la cuarta sección pero no sería este el orden de visita ya que Las Meninas continuaban en la sala 12 del museo.
Aunque no se han trasladado y siguen siendo el objeto de admiración de todos los que pisan esa maravillosa sala, se considera dentro de este discurso expositivo.
Al pensar en Velázquez y el retrato de la realeza es la primera obra que se nos viene a la cabeza.
No voy a entrar en las múltiples interpretaciones de la innovadora obra, pero en vez de dejaros una imagen común de la obra os dejo esta imagen, que no es muy buena pero si muy impactante. En el ultimo seminario del Museo Picasso de Málaga al que asistí tuvimos la magnífica ponencia de Javier Barón, jefe del departamento de pintura del siglo XIX del Prado y nos mostró varias imágenes con obras de Picasso en las salas del museo. Esta en concreto me parece extremadamente especial, dos obras de picasso en la galería central enmarcando Las Meninas.

Quinta sección: Mazo y Carreño: Continuidad y renovación
Velázquez murió en 1660 pero el retrato cortesano continuó con su yerno Juan Bautista Martínez del Mazo.
En estas dos últimas secciones ya no muestran obras de Velázquez, si una de su taller.
Aunque Las Meninas no están presentes en la exposición si que esta la que realizó su yerno en 1660, una obra de mediano formato situada detrás de un tabique exento y que despierta gran simpatía en los visitantes.

Otra de las obras que estaca del yerno del pintor es La familia del pintor realizada en 1665.
En cuanto a esta obra se puede encontrar múltiples interpretaciones. En 1653 falleció Francisca de Silva, hija de Velázquez, con la que del Mazo había tenido al menos siete hijos, de los que solo sobrevivieron 5.
En la obra vemos a la joven con sus cinco hijos y los sirvientes, o un sirviente y su marido, además de una doncella.

En el fondo del cuadro, en segundo plano vemos a Velázquez retocando la obra La Infanta Margarita con traje rosa, aunque se ha dicho que podía ser también el propio yerno retocándola tras la muerte de su suegro.
También podemos destacar el guiño a su relación con la corte con el retrato de Felipe IV en segundo plano.

El yerno de Velázquez se volvió a casar en dos ocasiones, otras interpretaciones de la obra indican que los componentes podrían ser los hijos de sus dos primeros matrimonios, ya que con la tercera no tuvo hijos.
Raquel Novero, investigadora de la universidad de Valladolid, y defensora de esta teoría de los matrimonios ha llegado a identificar a la mujer con trenzas como Inés Manuela, la nieta mayor, con su propia hija.

En esta quinta sección también hay que destacar las obras del amigo y protegido de Velázquez Juan Carreño de Miranda.
Quien fuera el máximo retratista de Carlos II lo representa en esta ocasión como los primeros retratos de Velázquez a Felipe IV, como los bustos romanos.
Esta obra Carlos II realizada en 1680, es bastante gráfica de la influencia de Velázquez sobre Carreño, y muy distinta a como evolucionará el autor en la siguiente sección.
Además el monarca tiene un gran parecido físico con su padre.


Martinez del Mazo
Sexta sección y culmen de la exposición: La historia Circular
En cuanto a la sección final de la exposición podemos destacar las obras.
Juan Carreño

La Emperatriz Margarita de Austria (1666) de Martínez del Mazo es una estupenda obra de factura muy velazqueña.

Juan Carreño de Miranda despliega todo el lujo y la reivindicación del poder en este retrato Carlos II como gran maese de la orden del Toisón de Oro, en 1677. Aunque discípulo del maestro, en esta obra marca su cambio alejándose de la factura sobria de Velázquez.


Os dejo este vídeo del museo en el que está comentada la exposición por Javier Portús, comisario de la exposición y Jefe de Departamento de Pintura Española hasta el siglo XVIII.



En cuanto a la exposición, tal y como había escuchado en visitantes anteriores, en general es una buena exposición, muy amena y con un proyecto expositivo muy interesante.
Quizás defrauda en cierto momento al pensar en una exposición de Velázquez e imaginar una gran exposición al nivel de "El último Rafael" o el "Joven van Dyck"

Como una muestra de esta faceta cortesana del pintor mis impresiones fueron bastante buenas.

Manet lo calificó como: "El más grande pintor que jamás ha existido, pintor de pintores". Velázquez era para Manet y para muchos otros un gran referente arístico, un genio.

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