domingo, 17 de agosto de 2014

El Picasso más televisivo

Al pensar en Picasso a todos nos viene a la memoria ese genio artístico, ocurrente y revolucionario que se nos presentaba delante de sus obras en calzoncillos, con camisetas de rallas, o acompañado de su familia, siempre ingenioso y en ocasiones mal humorado.


¿Lo imaginamos delante de la caja tonta? Yo, sinceramente, no lo había visualizado nunca así.

Este es el mundo que nos descubre la última exposición del Museo Picasso de Málaga Picasso TV  que se podrá visitar hasta el próximo 16 de noviembre, y para la cual aconsejo la visita guiada.

Picasso era un artista fiel a ciertos temas, todos conocemos en sus obras más emblemáticas personajes como arlequines o la musa del artista.
Pero, ¿pueden variar estilísticamente estos personajes influenciados por imágenes que le llegaron a Picasso desde 1953?

Vivía en Francia, en unos años en los que su fama ya le agobiada, y conoció la televisión. En un principio la despreciaba hasta que comenzó a ver temáticas que le interesaban.

Picasso, un comprometido revolucionario republicano ve desde su televisor la revolución estudiantil de mayo del 68 y, con ella las imágenes de los jóvenes y de una figura deleznable para él, Charles de Gaulle. Referida a esta revuelta y al ambiente que se gestaba podemos encontrar una caricatura del general y dos mujeres a punta seca, aguatinta y rascador. En ella, se nos presenta a un demacrado general con el miembro flácido ante dos bellas damas, que no producen cambio alguno en él.

Aunque la exposición tiene diversidad de técnicas artísticas, seguramente la que más destaca es el grabado, en este caso La suite 347, perteneciente a la colección de la Fundación Bancaja, las cuales son pruebas de artista.

A Picasso le gusta retomar temáticas, en esta suite podemos encontrar diversidad de obras circenses, pero con una diferencia principal, en estas observamos mucho más movimiento, en ocasiones introduce la imagen del mirón o, como veremos más adelante, su propio retrato.

Ve los programas de circo que lo dejan marcado, por su clara teatralidad y unas vestimentas excesivas, esto lo plasma en obras como: En el circo: grupo de amazonas y payaso, que son más bien un collage, como un índice de los números del programa recogiéndolos todos.

Para él, no es una temática nueva, pero vemos una reinterpretación.


Uno de los programas a los que se aficiona los domingos es a la lucha libre, Catch à Quatre en ORTF, emisiones del año 67, de la cual se puede observar un audiovisual en la exposición.
El hecho de que le gustara este tipo de programación lo achaco a la teatralidad de los programas y sus personajes.
Vemos muy bien reflejada esta influencia en la obra Picasso, su obra y su público, de mayo del 68, en la que observamos un luchador, con el atuendo típico, una acróbata sobre un caballo, una mujer posando, que puede aludir a la musa, la modelo del artista, un personaje que mira, casi medieval, con un aire a Velázquez, y el propio Picasso autoretratado de perfil.

Otro tema que encontramos muy reflejado en la exposición es lo medieval. Las películas históricas que veía en sus noches de soledad con la tele eran reflejadas posteriormente en obras como Duelo al amanecer, sus variaciones sobre temáticas quijotescas, los mosqueteros o los comediantes.
Destacan en este tipo los ropajes y las actitudes típicas de los duelos del medievo. 


Si en todas las obras observamos un encuadre novedoso, más característico del cine que de la pintura, en Rodaje en plano americano vemos que son simplemente fotogramas.


"¿Qué es el arte? Si lo supiera tendría buen cuidado de no revelarlo" Pablo R. Picasso.